13 febrero 2025

Nuestros Fantasmas y LA PACIENCIA.

Nuestros Fantasmas y LA PACIENCIA.


¿A quién beneficia la rapidez con la que hoy corre nuestro mundo, la inmediatez en todo y para todo, esa impaciencia que hemos desarrollado en cualquer tarea que nos ocupe; donde la cultura de la productividad, la hiperconectividad y el ruido informativo se han impuesto? 

Sólo beneficia a aquellos que no admiten que se les discuta nada, y a la vez, enemigos del "tiempo para pensar". 

Y perjudica a todos aquellos que se ven atrapados en esta espiral no pudiendo permitirse el lujo de "tener paciencia". 

Cuando creemos no disponer de ese tiempo para pensar y nos vemos obligados a elegir entre recetas previamente cocinadas, en realidad nos estamos sometiendo a una terrible servidumbre intelectual aceptando que elijan en nuestro lugar. 

No podemos conformarnos con respuestas automáticas, que inicialmente parecen útiles, pero que a largo plazo no conducen a nada, salvo a la contradicción. Es por esto que necesitamos de tiempo, de calma, de lentitud para pensar, reflexionar, meditar y vivir con plena consciencia.

El ser humano se distingue por una serie de habilidades cognitivas, entre ellas, la atención y la reflexión. En este sentido, la atención y posteriormente la reflexión requiere tiempo, pausa, lentitud y sobre todo paciencia; algo que parece escasear cada vez más. 

Por todo ello, entiendo que, no desarrollar la paciencia es sinónimo de facilitar nuestra esclavitud intelectual y emocional. Por el contrario, aumentar nuestra paciencia, en cualquier proceso de aprendizaje o análisis, aumenta nuestra libertad intelectual y por tanto, nuestra independencia.

Trabajemos en favor de nuestra independencia. 

Tal vez este sea un primer paso hacia "la verdadera revolución social" que necesitamos; practicar la lentitud, cultivar la atención y sobre todo desarrollar la paciencia para, poco a poco, superar ese ritmo de vida caótico que "algunos" estan empeñados en promocionar. 








Esto nos parecerá ciencia ficción por no decir distópico pero, en la sociedad de las prisas, la paciencia es una virtud en peligro de extinción; virtud que nos va a permitir afrontar situaciones difíciles con serenidad y no sucumbir ante soluciones fáciles y cortoplacistas. 
Cultivar la paciencia nos llevará a una mejor toma de decisiones, relaciones más armoniosas y a la confección de una sociedad más madura y mejor cohesionada. 




Texto y fotografías:

-  José Jurado Pérula.