Nuestros Fantasmas y LA PACIENCIA.
¿A quién beneficia la rapidez con la que hoy corre nuestro mundo, la inmediatez en todo y para todo, esa impaciencia que hemos desarrollado en cualquer tarea que nos ocupe; donde la cultura de la productividad, la hiperconectividad y el ruido informativo se han impuesto?
Sólo beneficia a aquellos que no admiten que se les discuta nada, y a la vez, enemigos del "tiempo para pensar".
Y perjudica a todos aquellos que se ven atrapados en esta espiral no pudiendo permitirse el lujo de "tener paciencia".
Cuando creemos no disponer de ese tiempo para pensar y nos vemos obligados a elegir entre recetas previamente cocinadas, en realidad nos estamos sometiendo a una terrible servidumbre intelectual aceptando que elijan en nuestro lugar.
No podemos conformarnos con respuestas automáticas, que inicialmente parecen útiles, pero que a largo plazo no conducen a nada, salvo a la contradicción. Es por esto que necesitamos de tiempo, de calma, de lentitud para pensar, reflexionar, meditar y vivir con plena consciencia.
El ser humano se distingue por una serie de habilidades cognitivas, entre ellas, la atención y la reflexión. En este sentido, la atención y posteriormente la reflexión requiere tiempo, pausa, lentitud y sobre todo paciencia; algo que parece escasear cada vez más.
Por todo ello, entiendo que, no desarrollar la paciencia es sinónimo de facilitar nuestra esclavitud intelectual y emocional. Por el contrario, aumentar nuestra paciencia, en cualquier proceso de aprendizaje o análisis, aumenta nuestra libertad intelectual y por tanto, nuestra independencia.
Trabajemos en favor de nuestra independencia.
Tal vez este sea un primer paso hacia "la verdadera revolución social" que necesitamos; practicar la lentitud, cultivar la atención y sobre todo desarrollar la paciencia para, poco a poco, superar ese ritmo de vida caótico que "algunos" estan empeñados en promocionar.
Texto y fotografías:
- José Jurado Pérula.